el amor y el deseo

dorado amanecer

 

Al final del amor está el amor.

Al final del deseo está la nada.

El amor no tiene comienzo ni fin.

Él no nace, resucita.

Él no encuentra, reconoce.

Él se despierta como después de un sueño

donde la memoria ha perdido las llaves.

Se despierta con los ojos claros

y se dispone a vivir su jornada.

Pero el deseo insomne muere con el alba

después de haber luchado toda la noche.

 

Algunas veces el amor y el deseo duermen abrazados.

En esas noches se ven la luna y el sol.

 

Liliane Wouters, traducción de Valeria Guzmán para Círculo de Poesía

 

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